Tras el ejercicio de "evocar nuestra manera de ver la arquitectura cuando pequeños", ese fue el resultado, mi primer modelo (arriba) representa la típica carpa que cuando pequeños hacíamos, con sábanas y algún apoyo como un sillón, en mi caso, ocupaba de pilares las sillas y la piel de mi carpa (u domo) era un género translúcido de colores y varios diseños, lo cual hacía que el interior del espacio que construía tuviera una iluminación colorida y cálida.
Cabe destacar mi increíble manía infantil, de siempre crear juegos donde las viviendas, espacios y ciudades eran la principal temática. Dicho esto, presento mi segundo modelo, "mi casa caja", que representa esa búsqueda del lugar propio y a nuestra escala que se generaba en nuestra infancia, el crear un "hogar" con una caja, donde cabía lo justo y necesario y lo más importante, no cabía un adulto, un hogar que sin embargo se sustentaba en el hogar mismo (el real), ya que se buscaba satisfacer las mismas necesidades, pero en un lugar mas reducido y más cómodo para un niño, donde se creaba un mundo a parte y donde todo estaba permitido.
Y ahora lo difícil, “el choque”, con mis compañeros tenemos la idea de fusionar varias maquetas que representan lo mismo o similar, para así no perder las ideas principales de cada modelo. Se busca representar la transición desde un espacio que genera angustia o miedo, hacia un espacio cálido, colorido y propio.










